Una de las consultas más frecuentes que hemos tenido durante los últimos días, tiene que ver con los efectos negativos que este periodo de aislamiento está teniendo en nuestros niños. Cómo todos sabemos, el periodo de confinamiento ha sido generador de alteraciones emocionales y conductuales que podrían afectar nuestra salud mental, dependiendo de las circunstancias de cada núcleo familiar.
Por sí misma la pandemia y el confinamiento son un factor que tiene un impacto directo sobre la salud mental, cuyos efectos pueden ser moderados por la cantidad de estresores del entorno y los estilos de afrontamiento de cada individuo. Cuando hablamos de factores estresores, nos referimos a situaciones disfuncionales en las familias, desempleo, hacinamiento (cuando viven muchas personas en un espacio pequeño), separación de los padres, desestructuración de hábitos y rutinas, entre otros. La manera como cada uno de nosotros se relaciona con eventos críticos depende, en parte, del estilo de afrontamiento que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra vida, el cual varia de acuerdo a la edad y el sexo. Cuando, se presenta la existencia previa de un trastorno emocional o conductual, la adaptación a un contexto de incertidumbre, como el que estamos viviendo, se dificulta y puede ocasionar un incremento en los síntomas. A continuacón, presentamos una síntesis de los principales
Por sí misma la pandemia y el confinamiento son un factor que tiene un impacto directo sobre la salud mental, cuyos efectos pueden ser moderados por la cantidad de estresores del entorno y los estilos de afrontamiento de cada individuo. Cuando hablamos de factores estresores, nos referimos a situaciones disfuncionales en las familias, desempleo, hacinamiento (cuando viven muchas personas en un espacio pequeño), separación de los padres, desestructuración de hábitos y rutinas, entre otros. La manera como cada uno de nosotros se relaciona con eventos críticos depende, en parte, del estilo de afrontamiento que hayamos desarrollado a lo largo de nuestra vida, el cual varia de acuerdo a la edad y el sexo. Cuando, se presenta la existencia previa de un trastorno emocional o conductual, la adaptación a un contexto de incertidumbre, como el que estamos viviendo, se dificulta y puede ocasionar un incremento en los síntomas. A continuacón, presentamos una síntesis de los principales
- Aumento de los niveles de estrés, en los estudiantes, debido a la realización de talleres y compromisos académicos
- Comportamientos disruptivos como: actitudes desafiantes, desobediencia, falta de colaboración en las actividades domésticas
- Efectos negativos sobre las emociones. Se registran signos de ansiedad, conductas depresivas, aburrimiento y desesperación por no poder retomar el ritmo de vida anterior a la pandemia
- Alteraciones del sueño. En este caso, registramos dos tipos: los niños que duermen demasiado y los que han comenzado a padecer de insomnio
- Alteraciones en el comportamiento alimentario, en dónde se observa el incremento o la disminución en la ingesta de alimentos
- Disminución en la motivación de logro. Esta puede ser consecuencia de la desestructuración de la vida escolar y social de los niños. Además, con el paso de los días, las actividades académicas tienden a parecer monótonas para algunos estudiantes y van perdiendo el interés por realizarlas.
- Incremento en los conflictos familiares, ocasionados por algunos de los factores mencionados y agudizados por el nivel de disfuncionalidad de la familiar preexistente a la cuarentena
- Aumento de la vulnerabilidad en algunos niños que, previo al periodo de cuarentena, tenían un diagnóstico relacionado con trastornos de la personalidad o del comportamiento
- Incremento en los niveles de estrés de los padres como consecuencia de las reacciones de sus hijos y su actitud frente a los compromisos académicos
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